El oleoducto de África oriental: ¿un futuro ecocidio?
Esta entrada forma parte de un Blog de invitadxs que pretende ser un espacio dedicado a los numerosos movimientos/campañas de todo el mundo que se enfrentan a la destrucción de los ecosistemas para que compartan sus historias, relatos y perspectivas.
Esta entrada de blog ha sido escrita por Omar Elmawi, coordinador de la campaña Stop EACOP y de la campaña deCOALonize, con el apoyo de Louise Romain, de Stop Ecocide International. Escribe sobre la construcción prevista del EACOP, un oleoducto que atraviesa África Oriental, y los impactos medioambientales, humanos y climáticos (tanto locales como globales) de este proyecto ecocida.
El oleoducto eléctrico más largo del mundo
Uganda cuenta con algunas de las mayores reservas de crudo del continente africano, con unos 1.700 millones de barriles de petróleo recuperable, situados bajo su frontera con la República Democrática del Congo. Extraer y transportar este petróleo significaría causar una destrucción segura de algunos de los hábitats ecológicamente más singulares de África Oriental.
Esto es exactamente lo que TotalEnergies planea hacer. El gigante de los combustibles fósiles posee uno de los dos principales yacimientos petrolíferos a orillas del lago Alberto, así como una participación mayoritaria en el oleoducto que habría que construir para transportarlo y exportarlo a los mercados internacionales: el Oleoducto de Petróleo Crudo de África Oriental, o EACOP. El oleoducto, de 1.443 km de longitud y con calefacción, transportará petróleo desde los yacimientos de Tilenga y Kingfisher, a orillas del lago Alberto (Uganda), hasta el puerto de Tanga (Tanzania). Además de la empresa francesa, los campos petrolíferos de Uganda (formados por más de 400 pozos petrolíferos) también serían explotados por China National Offshore Oil Corporation Ltd. (CNOP).
Impacto ambiental, humano y climático del EACOP
Una vez construido, el EACOP causará daños irreversibles a la biodiversidad, los hábitats naturales y el agua, además de desplazar a las comunidades locales y amenazar sus medios de vida. También tendrá importantes repercusiones globales al contribuir al calentamiento del planeta.
El oleoducto perturbará casi 2.000 kilómetros cuadrados de hábitats protegidos de fauna salvaje, como el Parque Nacional de las cataratas Murchison, la Reserva Forestal de Taala, el Bosque de Bugoma y la Reserva de Caza de Biharamulo. Estas reservas son fundamentales para la conservación de especies vulnerables como el chimpancé oriental y el elefante africano, ambas incluidas en la "lista roja"de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. También alterará zonas marinas de importancia biológica, como reservas de manglares y arrecifes de coral, a lo largo de la costa tanzana, así como numerosos humedales Ramsar de importancia mundial.
El EACOP también afectará a las comunidades humanas, planteando importantes riesgos para millones de personas. Aproximadamente un tercio del oleoducto atravesará una de las mayores cuencas lacustres de África, el lago Victoria, del que dependen más de 40 millones de personas para obtener agua y alimentos. Un pequeño vertido o fuga, muy probable ya que el oleoducto atraviesa una zona sísmica que sufre terremotos con regularidad, sería catastrófico. Los vertidos de petróleo pueden propagarse a grandes distancias por ríos y arroyos, así como infiltrarse en los acuíferos y contaminar los recursos hídricos durante décadas o siglos.
Su impacto climático sería enorme y desastroso para el presupuesto de carbono de la humanidad. Se calcula que el gasoducto y su infraestructura asociada liberarán 33 millones de toneladas de dióxido de carbono al año. Esto pondría en peligro diversos compromisos internacionales, como el Acuerdo de París sobre el Clima, el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) y la Convención de Ramsar sobre los Humedales, y entrañaría el riesgo de incumplimiento de varios acuerdos mundiales y regionales, así como de los objetivos de emisiones netas cero fijados por los países implicados. Además de su importante contribución a la crisis climática mundial, el proyecto EACOP también abriría una nueva frontera de desarrollo de alto riesgo en las zonas vecinas.
¿Ecocidio futuro?
Lo trágico es que todas estas consecuencias devastadoras, tanto para la población de Uganda y Tanzania como para las especies animales y vegetales que habitan las zonas afectadas, son previsibles. Las amenazas al mundo natural y a las comunidades humanas son bien conocidas. Nadie podrá darse la vuelta una vez finalizada la explotación y escandalizarse por la destrucción irreversible del mundo natural que fue necesaria para empezar a bombear el petróleo.
La destrucción premeditada de la naturaleza, o "ecocidio", es el núcleo de una corriente de pensamiento jurídico y político internacional cada vez más prominente, que trata de tipificar como delito a escala internacional los daños masivos al mundo natural vivo. Según un grupo de destacados juristas internacionales especializados en medio ambiente, derechos humanos y derecho penal, el ecocidio se define como "actos ilícitos o gratuitos cometidos a sabiendas de que existe una probabilidad sustancial de que esos actos causen daños graves y generalizados o a largo plazo al medio ambiente".
El plan de TotalEnergies de causar daños premeditados, generalizados y permanentes al medio ambiente en Uganda y Tanzania podría entrar dentro de los criterios del ecocidio. La construcción del oleoducto de África Oriental sería un crimen contra la naturaleza y un desastre para los medios de subsistencia de la población de Uganda y Tanzania.
Contraargumentos y promesas
Los proyectos ecocidas suelen justificarse por sus supuestos beneficios económicos, y el EACOP no es diferente.
TotalEnergies promete empleos e inversiones para la región, estimando que se crearán 11.000 nuevos puestos de trabajo. Sin embargo, casi todos ellos son empleos de construcción a corto plazo necesarios para construir el oleoducto, que se evaporarán una vez terminado. Cuando empiece a fluir el petróleo, sólo quedarán entre 200 y 300 empleos fijos.
La construcción del oleoducto también pondría en peligro fuentes de trabajo mucho más importantes. En Uganda, más de 600.000 personas trabajan en el sector turístico, que depende de la conservación de los hábitats que el oleoducto destruiría. Aunque se ofrecieran más empleos permanentes, sigue siendo profundamente injusto que el trabajo que se ofrece a ugandeses y tanzanos dependa de la destrucción de nuestros espacios naturales.
Crece la resistencia: Alianza #StopEACOP
Grupos y comunidades locales han unido fuerzas con más de 260 organizaciones de la sociedad civil africanas e internacionales para formar la campaña #StopEACOP. Mediante la movilización pública, las acciones legales, la investigación, el activismo de los accionistas y la defensa mediática, están ejerciendo presión para detener el proyecto.
Dado que TotalEnergies y China National Offshore Oil Corporation Ltd. buscan un préstamo de 2.500 millones de dólares para poner en marcha el proyecto, Stop EACOP ha elaborado una lista de los principales financiadores recientes (bancos y aseguradoras) a los que probablemente se pedirá que se sumen al préstamo. La semana pasada, cinco grandes bancos (Deutsche Bank, Citi, JPMorgan Chase, Wells Fargo y Morgan Stanley), una aseguradora y una agencia de crédito a la exportación confirmaron que no se sumarán al préstamo para financiar el proyecto EACOP. Se unen así a la creciente lista de bancos (20) y aseguradoras (8) que no quieren financiar ni asociarse al EACOP.
Este proyecto extractivo está destinado a desencadenar una gran serie de problemas medioambientales, sociales y de derechos humanos. TotalEnergies tiene la responsabilidad moral de cancelar el proyecto, y los gobiernos de todo el mundo deben empezar a perseguir estos delitos medioambientales por lo que son: ecocidio.