Criminalizar el ecocidio en Ghana para frenar la catastrófica minería ilegal de oro
Esta entrada forma parte de un Blog de invitadxs que pretende ser un espacio dedicado a los numerosos movimientos/campañas de todo el mundo que se enfrentan a la destrucción de los ecosistemas, para que compartan sus historias, relatos y perspectivas.
Nana Yaw Osei-Darkwa es empresario, defensor del medio ambiente y fundador del Proyecto República Verde.
En septiembre, los ciudadanos ghaneses salieron a las calles de la capital y las detenciones masivas provocaron una protesta nacional. En octubre, otra movilización de tres días acaparó titulares. Mientras tanto, la BBC informaba desde las orillas del río Pra en Ghana que el agua “era tan espesa y descolorida que un artista pudo usarla como pintura”. La compañía nacional de agua declaró que había tenido que reducir su suministro de agua potable en un 75%, y los informes sugerían que la cubierta forestal se había reducido en más de 4,000 hectáreas, lo que equivale a unas 6,500 canchas de fútbol.
¿Cual es la causa de esta convulsión? Una práctica conocida en Ghana como "Galamsey". En el argot ghanés, significa "recolectar y vender" y se refiere a la minería ilegal de oro. Aunque no es un fenómeno nuevo, su escala y naturaleza han cambiado drásticamente en los últimos años, acelerando trágicamente la destrucción del medio ambiente. Aquí sostengo que el gobierno recién elegido debe abordar este desastre ecológico criminalizando la destrucción masiva de la naturaleza, conocida como ecocidio.
¿Qué implica el Galamsey y por qué es tan perjudicial para el medio ambiente?
Los impactos ambientales del Galamsey siempre han sido mucho mayores que los de la minería legal de oro. Mientras que la minería regular suele utilizar maquinaria pesada para excavar pozos profundos, la minería ilegal de oro en Ghana implica excavar pozos poco profundos en grandes áreas de terreno, lo que lleva a la degradación de extensas superficies. Además, el Galamsey se concentra generalmente cerca de cuerpos de agua, donde es más fácil encontrar oro, lo que aumenta significativamente el riesgo de contaminación del agua. Pero la minería ilegal de oro es una práctica que lleva décadas en Ghana, así pues, ¿por qué está causando tanto daño ahora?
Esto se debe, en parte, a una tormenta perfecta de factores económicos: una recesión económica nacional, el aumento del desempleo y un auge en los precios globales del oro han provocado una nueva fiebre del oro en Ghana. Pero, crucialmente, el creciente impacto ambiental del Galamsey también debe atribuirse a la transformación de sus métodos de extracción en los últimos años.
Históricamente, la práctica involucraba principalmente a jóvenes ghaneses realizando trabajos manuales con picos y palas, y extrayendo oro mediante el simple proceso de bateo. Sin embargo, en los últimos años, el Galamsey se ha vuelto mucho más organizado e industrializado, en parte gracias a la inversión y mano de obra china. El uso de químicos tóxicos como el mercurio y el cianuro para extraer el oro se ha vuelto mucho más común, y la nueva tecnología y maquinaria china han mejorado la exploración de los lechos de los ríos, permitiendo la deforestación a una escala mucho mayor.
Estos cambios en la práctica no sólo han hecho que el Galamsey sea mucho más lucrativo y extendido, sino que también han exacerbado drásticamente su impacto ambiental. El mercurio, por ejemplo, puede permanecer en el agua durante mil años y acumularse en la cadena alimentaria a través de cultivos y peces, mientras que la alteración cada vez más generalizada del suelo de los lechos de los ríos ha contaminado los ríos.
Informes hablan de que la contaminación del agua en Ghana es ahora siete veces mayor de lo habitual, y los ríos Pra, Ankobra, Birim y Offin están gravemente contaminados con químicos mortales, afectando severamente el acceso al agua de las comunidades locales y la salud de los ecosistemas locales. Con el cambio climático ya amenazando el suministro de agua en Ghana, esta degradación de la calidad del agua es particularmente catastrófica.
Mientras tanto, los valiosos ecosistemas de Ghana han sufrido daños. Treinta y cuatro de las reservas naturales del país y miles de hectáreas de cubierta forestal han resultado dañadas. Además, el Galamsey ha desplazado a otras formas menos dañinas de uso del suelo, como son los cultivos de cacao, que también representan una fuente significativa de ingresos para muchos ghaneses. La tierra no sólo se despoja, sino que también sufre una degradación a largo plazo , lo que podría impedir el cultivo seguro en el futuro.
El fracaso en abordar la crisis
A pesar de la promesa del gobierno de poner fin a esta práctica tras su elección en 2017, se ha hecho poco para abordar genuinamente la crisis. En respuesta a las protestas y a la amenaza de un cierre nacional en los últimos meses, el gobierno se vio obligado a declarar medidas contra el Galamsey; derogó una Directiva de 2022 que había permitido la minería en reservas forestales e introdujo una nueva Directiva para reforzar los esfuerzos anti-Galamsey mediante la intervención militar.
Sin embargo, en las elecciones de este mes, el gobierno fue derrotado, en medio de la furia nacional por el desastre ecológico bajo su mandato y un sentimiento de injusticia por haberse focalizado en los trabajadores comunes del Galamsey, en contraste con la impunidad de quienes ocupan posiciones de poder.
El ecocidio: un elemento disuasorio eficaz
Hay un emocionante movimiento global que está creciendo y que busca convertir en delito el causar un daño masivo a la naturaleza. Este crimen se conoce como ecocidio, y se están logrando avances en todo el mundo para introducirlo tanto a nivel internacional como nacional.
El ecocidio ya es un delito en varias jurisdicciones nacionales, como Ucrania, Bélgica y Chile, como es el caso d Ucrania, Bélgica y Chile. A nivel internacional, una histórica propuesta para convertir el ecocidio en el quinto crimen internacional fue presentada formalmente a la Corte Penal Internacional por tres Estados del Pacífico, y ahora también cuenta con el apoyo de la República Democrática del Congo.
Actualmente, en Ghana es ilegal realizar minería sin licencias, pero la acción esporádica del gobierno contra la minería ilegal no ha logrado disminuir la industria. Lo que hace diferente a la ley del ecocidio es que se enfoca en el nivel de daño ambiental infligido. En particular, busca responsabilizar a quienes ocupan las posiciones de poder más altas. Esto crea un efecto disuasorio especialmente fuerte, ya que son estas personas que detentan los más altos cargos de responsabilidad quienes más temen las sanciones penales y quienes tienen el poder de cambiar el rumbo hacia prácticas más sostenibles.
Reprimir a los trabajadores del Galamsey, como actualmente hace Ghana, es una tarea enorme y un desperdicio de recursos, dado el gran número de personas involucradas. Además, es fundamentalmente injusto, ya que se dirige a los miembros más pobres de la sociedad, quienes ganan menos y asumen mayores riesgos al participar en esta industria. Desde una perspectiva ambiental, es inútil, ya que no responsabiliza a quienes orquestan la industria y tampoco disuade la práctica del Galamsey de una manera más amplia.
Un beneficio adicional de la ley del ecocidio es que también mantendría bajo control las prácticas mineras legales. Las actividades de las grandes empresas mineras generan contaminación del agua porque descuidan los peligros ambientales causados por prácticas mineras irresponsables y poco éticas. Estas prácticas no deberían quedar impunes sólo porque los perpetradores hayan obtenido licencias.
Es hora de actuar
Con un nuevo Gobierno elegido en Ghana, ahora hay una oportunidad para cambiar el rumbo catastrófico en el que nos encontramos. Debemos criminalizar el ecocidio aquí y apoyar los esfuerzos internacionales para establecer el ecocidio como un crimen internacional, con el fin de introducir una verdadera asunción de responsabilidades para quienes orquestan el Galamsey, aquellos que son responsables de diezmar nuestro medio ambiente. El Proyecto República Verde está listo para liderar la causa de la ley del ecocidio, y hago un llamado a todos los ghaneses bien intencionados para que se unan en la protección del futuro de Ghana.