Los líderes de la UE deben #afrontar la emergencia climática y apoyar la tipificación del ecocidio como delito internacional
Una carta abierta de cuatro conocidas jóvenes activistas por el clima -Greta Thunberg (Suecia), Luisa Neubauer (Alemania), Anuna de Wever y Adélaïde Charlier (Bélgica)- pide a los Estados miembros de la UE que "aboguen por que el ecocidio se convierta en un delito internacional ante la Corte Penal Internacional". Miles de ciudadanos, científicos y personas influyentes han firmado ya la carta, y cada vez se suman más. (Véase el comunicado de prensa de la carta abierta de la UE AQUÍ)
Su lista de reivindicaciones supone un avance para Thunberg y sus compañeros activistas juveniles hacia la propuesta de soluciones clave a la crisis climática y ecológica, que, según ellos, aún no se trata como la emergencia que es. "Queremos que los dirigentes aborden las causas profundas", afirma Thunberg.
Junto a la desinversión y el cese de las subvenciones a los combustibles fósiles, el ecocidio se considera un delito internacional. La carta abierta que acompaña a las demandas afirma: "Tenemos que poner fin al naufragio, la explotación y la destrucción de los sistemas que sustentan nuestra vida y avanzar hacia una economía totalmente descarbonizada que se centre en el bienestar de todas las personas y del mundo natural".
Jojo Mehta es cofundadora de la campaña mundial Stop Ecocidio, que trabaja con abogados penalistas internacionales, investigadores, ONG y pequeños Estados-nación para conseguir que el ecocidio se tipifique como delito en la Corte Penal Internacional. Está totalmente de acuerdo:
"El daño masivo y la destrucción de los ecosistemas -ecocidio- han conducido directamente a la emergencia climática y ecológica a la que ahora nos enfrentamos. Como Greta ha señalado antes, ya tenemos las soluciones. Pero hasta que no cerremos la puerta a la destrucción, hasta que no tracemos esa línea en la arena, las finanzas y la política seguirán apoyando los viejos métodos. No podemos permitirnos -nuestros hijos, nuestro planeta no pueden permitirse- que esto siga ocurriendo. Es hora de cambiar las reglas".
Mehta considera que establecer este delito es una forma sencilla y eficaz de salvaguardar los sistemas de soporte vital de la humanidad y el planeta.
"El derecho penal es cómo trazamos la línea moral entre lo que es aceptable y lo que no lo es. También es una ley protectora: tu vida está protegida porque el asesinato (homicidio) es un delito. Cada vez está más claro que falta una ley que proteja los ecosistemas de forma similar. Esta laguna en la protección jurídica nos ha llevado a un lugar muy peligroso. Convertir el ecocidio en un delito internacional es la sencilla corrección del rumbo que puede conducirnos hacia la seguridad y hacia una recuperación verdaderamente saludable, para las personas y para los ecosistemas vivos de los que dependemos totalmente."
Cada vez hay más apoyo a la iniciativa de convertir el ecocidio en un delito internacional: el pasado noviembre, el Papa Francisco pidió que el ecocidio fuera una "quinta categoría de crímenes contra la paz"; en diciembre, los pequeños Estados insulares de Vanuatu y las Maldivas pidieron que se considerara seriamente el delito de ecocidio en la asamblea de la Corte Penal Internacional; a principios de este año, el movimiento obrero sueco instó a Suecia a liderar su propuesta; y el mes pasado, el presidente Macron de Francia prometió defenderlo en la escena internacional.